viernes, 2 de enero de 2009

Los dirigentes, las instituciones educacionales y el estrés.

Se considera que el estrés es uno de los problemas que afectan cada vez con mayor frecuencia a los educadores en su medio de trabajo. En el caso de aquellos considerados como dirigentes, la cuestión ha de analizarse tanto en su condición de sujetos también vulnerables al estrés, como en cuanto al papel que pueden jugar como factor contribuyente con su influencia al aumento o reducción del estrés en educadores, alumnos e incluso en otros dirigentes.

¿QUE ES EL ESTRES?

La definición del concepto de estrés aquí adoptada es la de D. Zaldívar, es decir, aquel estado vivencial displacentero, acompañado en mayor o menor medida de trastornos psicofisiológicos, que surge en el individuo como consecuencia de la alteración de la relación con su ambiente, el cual impone al sujeto demandas que objetiva o subjetivamente resultan para éste amenazantes, desbordantes de sus recursos y sobre las cuales tiene o cree tener poco o ningún control.

En la anterior concepción se enfatiza en el lado negativo del estrés, o sea, en el estado del que se derivan consecuencias perjudiciales para el sujeto, ya que el término puede ser analizado también con una connotación positiva, en el sentido de que en determinadas condiciones un grado relativamente elevado de tensión, de presión, soportable para el sujeto, puede resultarle motivante, desafiante, como un reto.

Las situaciones laborales constituyen una fuente importante de estrés. El trabajo docente educativo plantea a los educadores exigencias psicológicas y físicas que provocan en ellos agotamiento mental y físico.

CONSECUENCIAS NEGATIVAS DEL ESTRES.

Es necesario que los dirigentes educacionales conozcan las nocivas consecuencias que pueden derivarse del estrés, entre las cuales están que las personas que padecen estrés:

-pueden inducirlo en otras. Esto ocurre con gran probabilidad cuando se trata del dirigente respecto a sus subordinados y del profesor respecto a sus alumnos y a otros educadores. Cuando los afectados son muchos, los efectos negativos pueden extenderse a todo el medio escolar.

-se vuelven irritables.

-se tornan apáticos.

-pueden llegar a rehuir toda relación interpersonal.

-se vuelven inflexibles, reacios a aceptar cambios, innovaciones.

-pueden por ello sentirse decepcionados con su profesión.

-presentar un mayor ausentismo.

-abandonar la profesión o tener la intención de hacerlo, buscar otro empleo.

-a pesar de sus deseos y esfuerzos, no pueden funcionar con eficacia, dado el tan elevado agotamiento físico y mental en que se hallan.

-es probable que por todo ello disminuya la calidad de sus clases y de su desempeño profesional en general.

Las consecuencias negativas del estrés pueden llegar a representar graves pérdidas en la inversión social para la formación y superación del personal docente, para garantizar la calidad de la enseñanza, lo cual eleva el costo de la educación.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) considera al estrés en los educadores como una enfermedad profesional y un riesgo ocupacional significativo en la profesión. En fin, el estrés es considerado un problema grave y creciente, que exige gran atención inmediata para proteger la salud de los educadores y no afectar la calidad de la educación.

CAUSAS DEL ESTRES EN EL SECTOR EDUCACIONAL.

La identificación de las causas del estrés en el sector educacional es una vía importante para su prevensión. Aunque debemos tener presente que las mismas son múltiples, muy diversas, contradictorias, multidimensionales, relacionadas con problemas internos y externos a la escuela y no son de carácter universal o aplicables a todos los sujetos, ya que una causa puede provocar estrés en una persona o grupo determinado y no en otras personas o grupos diferentes.

Se considera que la mayor parte de las causas del estrés en el sector educacional se relacionan con la organización del trabajo, especialmente con las condiciones de trabajo:

-Muchos alumnos. Un factor considerado principal es cuando el grupo de alumnos para las clases resulta muy numeroso. Mientras más alumnos tenga el maestro en su aula, mayor será el esfuerzo que de él se requerirá para captar el interés de los alumnos y mantener el orden. Esto se acentúa en los profesores noveles y practicantes, dada su mayor inexperiencia en el mantenimiento de la disciplina y su necesidad de lograr afirmarse profesionalmente.

-Trabajo muy intenso. Muy vinculado al anterior, aunque muchos educadores trabajan intensamente, no sólo debido a la gran cantidad de alumnos por aula y en total, sino por otros factores organizativos, todo lo cual exige de ellos mucha energía física, emocional y mental.

-Descanso insuficiente. La prolongación excesiva de la jornada laboral diaria y semanal, al continuar en tiempo extra el trabajo que no pudo realizar, no sólo por insuficiente desarrollo de habilidades, sino también por barreras desorganizativas. Siente agotamiento y presión por falta de tiempo. También parece que con un solo mes de vacaciones no basta (como sucede en Cuba) para recuperar la capacidad de trabajo y que los educadores necesitan períodos adicionales de descanso durante el curso. La indebida consideración de este factor puede resultar un gran freno a los propósitos de lograr una elevación cualitativa de la educación, especialmente cuando se van agotando las posibilidades de crecimiento cuantitativo, por cuanto se ha llegado a los niveles más altos.

-Mala conducta de los alumnos. En y fuera de la clase, independientemente de que el grupo sea numeroso o no. Está relacionado con los recursos psicológicos, pedagógicos y administrativos con que cuenta el docente para influir en ellos.

-Deficiencias en la confección de los horarios. Provocan presiones adicionales en los educadores cuando por ello tienen que permanecer en las escuelas más de lo requerido, en detrimento del tiempo necesario para atender a la familia, las labores domésticas, etc. O cuando tienen que dar clases diferentes en el propio día, innecesariamente, a grupos del mismo o de distintos grados.

-Insuficiente división del trabajo total a realizar en la escuela. La situación más extrema es aquella en que los directores carecen de adecuada calificación para ese cargo y tienen como divisa "todos en todo", lo cual multiplica absurdamente las tareas asignadas a cada uno. Al educador le resulta imposible ocuparse de todas y con la calidad requerida, lo cual le provoca tensión, insatisfacción, frustración.

-Salarios relativamente bajos. Por las presiones económicas que provocan estas preocupaciones, principalmente en aquellos que no obtienen ingresos extrasalariales y que encuentran obstáculos legales y de otra índole para obtener lo imprescindible para subsistir y satisfacer otras necesidades. En el caso de Cuba, los salarios son extremadamente insuficientes, por cuanto no permiten ni la propia sobrevivencia. El peso de este factor, de insignificante antes de la crisis conocida como período especial, ha crecido con ella y aunque hay una ligera recuperación macroeconómica, su prolongación y el congelamiento salarial vigente por más de una década, repercutió negativamente en el magisterio. Los incrementos recientes, al ser inferiores al alza del costo de la vida, no solucionaron, sino mantuvieron el problema salarial existente.

-Inseguridad en el empleo. Este factor casi no existía en Cuba en las décadas del 60 al 80, pero en las útlimas dos décadas ha ascendido entre las causales, asociado inicialmente a la llamada "optimización" del personal docente, luego a la idoneidad y otras maneras de enmascarar los despidos, procesos que fueron percibidos como amenazantes, pues como resultado de ellos disminuyó el número de educadores en las escuelas, acompañado por el éxodo hacia otros sectores donde se pueden conseguir ingresos más altos, como el turístico y el mercado inflormal.

-Cambios. Cuando no se tiene en cuenta la cultura organizacional, cuando no hay preparación para el cambio, o no se propicia una participación activa en este proceso. Esto afecta más a los profesores con experiencia, quienes tienden a resistirse más a tales cambios abruptos, lo cual provoca en ellos gran tensión.

-Controles a clase. Este factor no existe en otros países y es uno de los principales en Cuba, donde es percibido por muchos docentes como amenanzante, punto de conflicto con las autoridades escolares, arma de doble filo, instrumento para efectuar purgas, etc. Los docentes con gran necesidad de autonomía, de reconocimiento social y muy creativos pueden acumular grandes presiones asociadas a discrepancias con los controladores, cuando los resultados de la visita no son favorables al educador y más aún, si éste considera que se ha sido injusto o que es incomprendido. Para colmo, en no pocas ocasiones los controladores están menos capacitados que los controlados, pero hacen valer criterios retrógrados, subjetivos, desactualizados o simplemente hacen gala de su ignorancia en la materia y del abuso del poder conferido.

-Inspecciones. Provocan tensión generalizada en toda la institución educacional. Incluso, basta con la sospecha de que pueden ser inspeccionados para que se eleve la tensión. Se ha comprobado en algunas escuelas que, cuando están siendo inspeccionadas, el índice de ausentismo aumenta bruscamente.

-Otras decisiones de la dirección sobre las cuales los educadores tienen muy poco o ningún control. Por ejemplo, traslados involuntarios, reorganización de la escuela, etc.

-Promocionismo. Tuvo mayor incidencia en Cuba en los años anteriores (sobre todo en las décadas del 70 y del 80). Aún hay manifestaciones de su supervivencia. Las presiones ejercidas sobre el educador para que obtenga una alta promoción provocan decepción, tensión e incluso algunos deciden abandonar la profesión. Es el alto costo de mantener "las conquistas" a cualquier precio.

-Gigantismo en las construcciones escolares. Es mucho más difícil dirigir una gran escuela, trabajar en ella, pues los problemas se multiplican y potencian.

-Otros factores relacionados con las condiciones de trabajo en general. Ruidos, suciedad, falta de agua, de iluminación, de un buen servicio de transporte, etc.

-Preocupación por la seguridad psicológica y física. En escuelas situadas en barrios marginales o en zonas apartadas o poco iluminadas. En el punto más crítico del llamado "período especial", la incidencia de este factor creció. Luego se adoptaron medidas para volverlo a reducir a niveles mínimos.

Entre los factores externos causantes de estrés hay que considerar:

-Las críticas de que son objeto tanto la educación como los educadores, algunas injustas, otras poco constructivas. Esto es más grave cuando se combina con otros factores decepcionantes del trabajo y la profesión.

-Falta de recursos.

-Insuficiente apoyo comunitario.

-Se recarga a la escuela exigiéndole que asuma más funciones de las que le corresponden y que pueden y deben ser desempeñadas por otras instituciones (empresariales, policíacas, deportivas, recreativas, culturales, de salud, familia, organizaciones no gubernamentales, etc.).

Por lo general los dirigentes educacionales se desempeñan también como docentes y están expuestos a los factores antes señalados, en tanto profesores, y a otros derivados de sus funciones de dirección: toma de decisiones, solución de conflictos y de problemas, reuniones, planificación y organización del trabajo, definición de objetivos, motivar a los subordinados, cohesionar al grupo, establecer y mantener las relaciones interpersonales, etc.

¿QUE HACER PARA PREVENIR Y ENFRENTAR EL ESTRES?

Cada vez es más importante proteger a los educadores y dirigentes contra el estrés. Un mejor conocimiento sobre el estrés, el aprendizaje de las técnicas para su control y manejo por parte de educadores y dirigentes es una parte de la labor a realizar.

Este aprendizaje es útil doblemente para el dirigente. Como sujeto vulnerable al estrés requiere de preparación para enfrentarlo. Esto al mismo tiempo le permite comprender mejor la necesidad de influir positivamente para contribuir a crear condiciones menos estresantes en el ambiente laboral. En la década del 90, nuestro trabajo en esta línea en el sector educacional (Cursos de postgrado, investigaciones, proyectos de intervención) se fundamentó en la experiencia que en Cuba había desarrollado el Dr. C. Dionisio Zaldívar. Sin embargo, también es necesario incidir efectivamente sobre los factores estresores centrando la atención en la organización del trabajo de los educadores y dirigentes. El dirigente es el encargado de lograr una adecuada organización del trabajo en su institución. No basta con tener buenos deseos en este sentido.

Desde entonces planteamos que es imprescindible capacitar a los dirigentes desde el punto de vista teórico, técnico y metodológico para rediseñar su institución, reorganizar el trabajo propio y de los demás, dirigir exitosamente los procesos de cambio.

Una tercera vertiente de capacitación está en el aprendizaje de técnicas y métodos de dirección, cuyo dominio prepara mejor al dirigente (e incluso a los educadores, que también dirigen: el aprendizaje de sus alumnos, la labor educativa, metodológica, investigativa, etc.) para contrarrestar el estrés asociado a su labor de dirección: técnicas para administrar exitosamente el tiempo, para delegar autoridad, priorizar tareas, solucionar analítica y creativamente los problemas, negociar, discutir, lograr consenso, tomar decisiones, conducir reuniones, mejorar la comunicación, motivar a subordinados y colaboradores, interactuar con grupos competentes, etc.

El enfoque aquí sustentado para la prevensión y enfrentamiento el estrés busca integrar todos estos elementos, puesto que la labor no se limitó a la capacitación mediante cursos, entrenamientos y maestrías desarrolladas en el Departamento de Dirección Educacional de la Universidad Pedagógica de La Habana "Enrique José Varona". Se complementó con las investigaciones del autor en ese Departamento y otras que asesoró en el Grupo de Estudios Laborales Educacionales (GELE), así como mediante proyectos de intervención asesorados por el Grupo de Rediseño de Instituciones Educacionales (GRIE), ambos de muy efímera existencia, por cuanto el propio autor fue uno de los educadores y dirigentes que decidió sumarse al éxodo, no sólo a otros sectores inicialmente, sino hasta irse al final a vivir en el exilio.

Es menester incrementar las investigaciones sobre la incidencia del estrés en el sector educacional, así como extender y evaluar los programas encaminados a su prevención y tratamiento.

BIBLIOGRAFIA:

-Arroba, T. y K. James: ¿Cómo manejar la presión en el trabajo? Ed. Mc Graw-Hill. México, 1990.

-Boges, N.: Estrés y salud: el papel de los factores protectores. En Rev. Comportamiento 1(1). Univ. S. Bolívar. Caracas, 1990.

-Beech, L. y otros: Tratamiento del estrés: Un enfoque comportamental. Ed. Alhambra. México, 1986.

-Norfolk, D.: El estrés del ejecutivo. Ed. Deusto. Bilbao, 1987.

-OIT: Documentos sobre trabajo y estrés.

-Ojeda, J.: Capacitación asertiva y estrés. La Habana, 1994.

-_____: Primeros resultados de la capacitación de dirigentes y profesores para el enfrentamiento y dominio del estrés. La Habana, 1994.

-_____: Los dirigentes educacionales y el estrés. La Habana, 1996.

-Ojeda, J. y otros: Estrés educacional. La Habana, 1994.

-Souza, M.: Educación en salud mental para maestros. Ed. Manual Moderno. México, 1988.

-Zaldívar, D.: Técnicas para el manejo y dominio del estrés. s/f.

-Zaldívar, D. y M. Roca: Proyección de un programa mínimo para el entrenamiento a dirigentes en el conocimiento y manejo del estrés. En Revista cubana de psicología. Vol. 10. No. 2-3; Universidad de La Habana, 1993.

Autor: M. Sc. Jorge Enrique Ojeda Matías.
jorge.ojedamatias@gmail.com

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Fundador, Propietario y Presidente de Ojeda Multiservices Corporation (OMC), Rector de la UVI, Master en Educación Avanzada y excatedrático de la Universidad Pedagógica de La Habana "Enrique José Varona". Licenciado en Educación (equivalencia de Bachelor in Sciences of Education in USA). Especialista en Pedagogía, Psicología, Creatividad, Dirección turística, Opinión Pública y Medios de Comunicación.

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